Descripción
El libro de San Cipriano . 127 pg.
Presentamos en esta ocasión a nuestros lectores todo un clásico en cuanto a magia se refiere, un verdadero grimorio mágico a través del cual.
El lector avisado podrá acceder a lo más profundo y arraigado de los tradiciones y supersticiones occidentales, antiguos pensamientos que aún hoy perduran.
La hermosura de los grimorios radica en que son libros vivos, es decir, son libros que se alimentan con el paso del tiempo, como la propia tradición, de forma que es del todo imposible atribuirles un autor.
Así, según parece, el Libro de San Cipriano propiamente dicho, fue en principio un pequeño opúsculo redactado por aquel que se presenta a sí mismo al principio de la obra como Jonás Sulfurino.
No obstante, a lo largo de los siglos cada cual ha añadido cuanto le ha parecido conveniente, a fin de ampliarlo, completarlo y coronarlo.
San Cipriano de Antioquía fue un poderoso hechicero pagano, que vivió en el corazón del mundo Helenístico durante finales del siglo tercero.
Fue connotado por su destreza haciendo pociones y por su maestría sobre los habitantes de los reinos infernales.
Tenía una reputación de no sólo ser un versado hechicero, sino uno que prestaría sus habilidades a quienes tuvieran el dinero para costearlo.
La historia cuenta que fue contratado por un cliente para ganar los afectos de una joven cristiana llamada Justina.
Ahora, algunos dicen que empleó sus artes para ganarse a Justina en nombre de su cliente, mientras que otras leyendas alegan que lo hizo en su propio nombre, ya que su corazón deseaba a la bella virgen.
En cualquier caso, se dice que conjuró a sus demonios y los envió tras Justina.
Cuando los demonios llegaron con las garras extendidas, Justina los rechazó y desterró meramente haciendo la señal de la cruz.
Asombrado por cuán fácilmente sus poderes fueron frustrados y tocado por la fortaleza de su fé,
El hechicero renunció a sus modos y se convirtió en un devoto cristiano, eventualmente convirtiéndose en el Obispo de Antioquía
Allí fué donde se alzó a la fama por sus milagrosos dones de espíritu.
El libro de San Cipriano