Durga es una de las grandes divinidades femeninas del hinduismo.
Su historia y el mantra para invocarla son una gran inspiración para sacar nuestra fuerza interior y enfrentarnos a las adversidades. ¿Quieres conocer a esta gran diosa y cómo meditar con ella? Te lo contamos.
El mito de Durga, la invencible diosa de la guerra
Durga es una de las manifestaciones de la Diosa Madre hindú, Devi en sánscrito, y uno de los avatares o encarnaciones de Parvati. Como ella, es consorte de Shiva y madre de Ganesha (dios de la sabiduría), Kartikeia (dios de la guerra) y Ashokasundari (diosa de la imaginación).
La palabra Durga en sánscrito significa impasible o invencible. Está formada por la raíz “dur” (dificultad) y “gam” (sobreponerse), lo que explica muy bien todo lo que representa esta divinidad.
Durga es la destructora de los peligros o adversidades, la diosa de la guerra o la encarnación guerrera de Parvati.
Para comprender la complicada mitología hinduista es más sencillo acudir a sus historias. La de Durga se sitúa en un contexto de guerra entre los Devas (dioses benefactores) y los asuras (deidades demoníacas).
Indra, Rey de los Dioses, era incapaz de vencer a las tropas de Majishásura.
Tras ser derrotados, los Devas se reunieron en las montañas para combinar todas sus energías: de este gran poder unido surgió Durga, que cuenta con 8 o 10 brazos y un tercer ojo que representa la sabiduría.
Los dioses además le otorgaron algunas de sus armas y objetos de poder.