Descripción
- Jardín Zen con buda
Se conoce como jardín zen a los jardines japoneses generalmente diseñados con grava, piedras y rocas.
Este tipo de composiciones suelen estar protagonizados por líneas curvas, una estética que, durante siglos, los monjes han empleado como escenario para la meditación.
En la cultura asiática este tipo especial de jardín japonés se identifica con lo que ellos denominan Kare-san-sui, que puede traducirse como paisaje seco e incluso espurio.
Los escenarios descritos gozan de gran popularidad en nuestras latitudes, entre otras razones, por ser fáciles de mantener, especialmente cuando se utiliza como componente principal la grava.
Por otro lado, este tipo de jardines se percibe visualmente muy atractivo y forma un oasis de tranquilidad en el interior de cualquier hogar, un espacio al que retirarse escapando de la agitada vida cotidiana.
Una de las razones fundamentales para crear un jardín zen es su efecto relajante.
Al estar compuesto por rocas, el estrés parece diluirse en una estética que invita a la meditación.
Estos diseños apuestan por la reducción de la presencia de plantas (a excepción del musgo) creando caminos de grava o piedra con formas onduladas que evocan la estética de los ríos o el mar e invitan a la serenidad y la relajación.
Es importante que la imagen del conjunto sea de un todo armónico,
evitando identificar el comienzo o fin de las líneas que componen los caminos que, por otro lado, se entrelazan sin problemas.
Las rocas o cantos rodados representan las colinas y montañas y han de ser enfatizados por el patrón que dibujan las líneas.
En general, hay que escapar de las formas demasiado geométricas o los números pares ya que el efecto deseado ha de ser natural..
Jardín Zen con buda