Descripción
Libro Corona Mística , Santas Oraciones Editorial Humanitas , libros esotéricos , Ocultismo
Peso: 193 gr tamaño : 17*11*2cm paginas: 175 , tapa, terciopelo. editorial humanitas
Oraciones por virtud de las cuales se alcanza la gracia de Dios Todopoderoso para sanar todo género de dolencias tanto corporales, como espirituales.
Este es el efecto de la oración: transformar el deseo y modelarlo según la voluntad de Dios, aspirando sobre todo a la unión con Él, que sale al encuentro de sus hijos. Dios y la Virgen María escuchan la oraciones y nos acompañan en la vida diaria.
Nunca se está solo en la oración
El Poder de la Oración es real. Salmo 62:8 “Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio.” Juan 14:13-14 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá (Mateo 7:7a, NVI).
La oración no es una imposición divina, ni una carga pesada de la vida cristiana. Surge más bien de nuestra necesidad de relacionarnos con Dios, a fin de recibir poder para enfrentar las batallas de la vida. Jesús sabía que necesitamos de oración. Durante el tiempo largo que precede la venida del Hijo del Hombre, no debemos desanimarnos sino buscar el poder de la oración
Todos tenemos necesidad de oración
¿Sirven de algo nuestras oraciones? Jesús contestó esta pregunta con una parábola (Lucas 18:1-8). Afirmó que si aún un juez malvado finalmente trata con justicia a una viuda que persevera, ¿cuánto más el justo y amoroso Padre hará justicia a los que continuamente claman a él de día y de noche? Jesús nos enseña que Dios no decepcionará a ninguno de sus elegidos. Lo que Dios demanda es que su pueblo persevere en pedirle con sinceridad.
La necesidad de la oración
Todos tenemos necesidad de oración. Por esto, el Señor hace de ella, no una opción, sino una ordenanza para nuestro propio beneficio (1 Crónicas 16:11). En Mateo 7:7, el Señor nos habla de orar con perseverancia. La triple exhortación: “Pidan… busquen… llamen” concierne a la satisfacción de toda necesidad.
Pedir implica humildad y conciencia de necesidad. Pedir presupone la fe en un Dios personal con el cual podemos comunicarnos. Cuando uno pide, espera una respuesta. El tener esa fe hace que la oración sea cálida y personal.
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