Descripción
- El coral rojo se emplea desde hace siglos para confeccionar amuletos protectores.
El coral es una piedra orgánica, es decir, posee un origen animal y no mineral.
Es el exoesqueleto de grupos de organismos marinos antozoos (pólipos) que, unidos, pueden formar arrecifes, atolones y bancos de coral.
Las variedades de coral más buscadas son el coral negro y el rojo (claro y oscuro); sin embargo, es posible encontrar especímenes de otras tonalidades, como rosado, blanco, y gris.
Asociado con el planeta Venus y el elemento agua, este organismo se considera una piedra receptora de energía (receptiva).
En la cristaloterapia y otros métodos de sanación holística, se le vincula con el despertar del primer chakra (Muladhara).
Como amuleto, el coral puede ser utilizado por individuos de cualquiera de los 12 signos del Zodiaco; pero es particularmente afín a la energía de los nativos de Piscis, Libra y Tauro.
Se le han atribuido poderes muy variados.
Se cree que puede ser un antídoto perfecto contra el mal de ojo, y desde antiguo se asegura que tiene cualidades para librar al hombre de hechizos mágicos,
de trastornos emocionales y de diversas formas de enfermedades.
Los hechiceros aconsejaban ingerir polvo de coral a las personas que acudían a ellos aterradas
y quejándose de ser victimas de maleficios y sortilegios conjurados por sus enemigos, aseguraban que de esta forma podrían librarse de ellos.
También se cree que en su capacidad de proteger contra la envidia y la maleficencia.
El coral rojo ha quedado también asimilado al símbolo de la fertilidad:
muchas mujeres llevan consigo un cuernecillo de coral rojo cuando quieren quedarse embarazadas; también lo utilizan para evitar irregularidades hormonales.